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sábado, 24 de marzo de 2012

Ola de Calor: Capitulo 3


El rocío le mojó los pies descalzos antes que llegara a la valla de al lado. El césped le picaba los pies, pero no era nada comparado con la inquietud que sentía.
Miley se tuvo que recordar cómo las chicas habían devorado todo lo que sacaron de su nevera, cómo le habían descrito las tareas domésticas que tenían que realizar, su ansia de atención y, claro, la ducha vaginal. Llegó hasta la valla, animada por el jerez y una gran resolución.
—Buenas noches —dijo y avanzó con determinación.
Nick estaba recostado en la sombra, pero ella notó que volvía la cara.
—Buenas noches, vecina.
—Por fin hace un poco de fresco.
—No tanto.
—Dicen que habrá otra ola de calor mañana.
—Así es.
Miley se apoyó en la valla de madera y recordó, demasiado tarde, que nunca había intercambiado con su vecino más que algunos monosílabos y frases de cortesía.                                    
Durante cinco años, siempre se había sentido extrañamente inquieta e incómoda cada vez que estaba cerca de él. Nunca lo había entendido. No era tímida con los hombres. Le agradaban, los conocía, trabajaba con ellos. Y Nick nunca había sido grosero o poco amable con ella. Más bien al contrario. En las raras ocasiones en las que se cruzaban, él siempre la trataba con comedimiento, como si le temiera un poco.
Miley se había acercado con la intención de hacerle recapacitar sobre su comportamiento, pero, pensándolo bien, ya no le parecía tan buena idea.
Ella sabía lo que las chicas le habían contado, pero el hombre que estaba apoyado en la barandilla de su porche no parecía en absoluto una rata egoísta. Más bien parecía un hombre cansado.
En realidad parecía agotado. ¿Hacía cuántas semanas que ella ni siquiera lo miraba con atención? La luz de la luna delineaba los firmes contornos de su cara. Ella podía ver claramente las ojeras violáceas que tenía.
Nicole le había dicho una vez cuántos años tenía su esposo, pero Miley se había olvidado. ¿Tendría treinta y seis, treinta y siete? No parecía tener treinta y siete. Llevaba el torso desnudo y su musculatura era la de un hombre mucho más joven. Su pelo abundante y enrulado tenía el color de la noche. 
Era guapo, y tenía un atractivo varonil indiscutible. Era evidente que se trataba de un hombre que trabajaba duro y se divertía lo suficiente; tenía la mandíbula cuadrada y el ceño de un hombre acostumbrado a vivir de acuerdo con sus propios valores. Era un hombre vital y sin complicaciones.
Era corpulento y andaba con la gracia de un tigre en la selva, con una mezcla de poderío y discreción. Nick era fuerte, pero nunca parecía amenazante.
Sin embargo, a esa distancia, a Miley sí le pareció intimidante. Sintió un nudo en el estómago. A la luz del día, los ojos de su vecino eran marron claro. En ese momento eran muy oscuros, tan oscuros como la noche y se clavaban de manera tan intensa en la joven que su nerviosismo se hizo casi insoportable.
—No tienes por qué sentirte incómoda —dijo él con suavidad—. Somos vecinos y tú vives sola. Ya te he dicho antes que me puedes venir a ver cuando quieras.
—Yo.
—¿Está goteando algún refrigerador? ¿Se te ha estropeado algún aparato en la cocina?
—Pues... no.
Nick levantó una ceja.
—No vienes con mucha frecuencia a charlar conmigo. Supuse que tendrías algún problema.
—Hay algo...
Pero Miley volvió a guardar silencio. Nick sonrió y dijo:
—Eres muy buena con mis hijas. Hablan de ti todo el tiempo. Hace mucho que tengo que darte las gracias.
—¿Sí? Bien —Miley aspiró a fondo, sonrió y dijo insegura—: Es sobre ellas sobre lo que quisiera hablar contigo, si me lo permites.
—¿Sobre mis hijas? Por supuesto, cuando quieras.
Una vez más, la joven volvió a respirar profundamente y se lanzó con determinación:
—Diablos, Nick, Angie necesita un sostén.
Nick la miró azorado.
—¿Qué?
—Y sé que no es asunto mío —ya nada podía detener a Miley—, pero si fuera mi hija, iría a hacerle una visita a ese tal Johnny con un rifle cargado. Nick, Noel no es mi hija pero me preocupa tanto como si lo fuera. Y me parece magnífico que los chicos aprendan a tener responsabilidades, pero es demasiado para tus hijas limpiar toda la casa, lavar la ropa y preparar las comidas. Y aparte está la cuestión del sexo. Si te cuesta trabajo hablar con ellas de esos asuntos, podrías comprarles algunos libros bien documentados y serios o, al menos, decirles dónde pueden conseguir información fiable. No es que yo no quiera hablar de ello con ellas, pero no me parece correcto hacerlo sin tu consentimiento. ¿Cómo puedo saber cuánto quieres que ellas sepan? Y además está la comida. Ya sé que a nadie le gusta cocinar. Menos a un hombre. Pero lo menos que podrías hacer sería tener llena la nevera de cosas saludables, nutritivas. No sólo porquerías. Y Noel habla de hacerse otro agujero en la oreja...
—¿Podrías darme un respiro? —la interrumpió Nick en tono apacible.
Pero en ese momento Miley no podía. Le había costado demasiado comenzar y ya no podía detenerse.
—Sé que no es asunto mío. Es posible que pienses que soy una entrometida, un fastidio. Tienes todo el derecho del mundo a educar a tus hijas como quieras, pero, Nick, necesitan atención, interés. Y deben tener una guía. Al menos deberías acordarte de darle dinero a Noel para comprar comida...
—Finley...

—Noel le dijo a Angie que una chica no puede quedarse embarazada la primera vez. ¡Es increíble! No saben nada de la vida y se están dando información equivocada.
—Miley...
—Comprendo que tengas que hacer barcos para ganarte la vida, pero ¿sería tan desastroso para la industria naviera si dejaras de construir algunos para dedicarles ese tiempo a tus hijas? Sé que el dolor por la pérdida de un ser amado no es fácil de sobrellevar; sé que Nicole fue maravillosa, pero tus hijas están vivas. Angie sólo se pone tus camisas...
—¡Miles!
—¡Son demasiado jóvenes para cargar con la responsabilidad de toda la casa! Por favor, no te enfades, pero...
—No estoy enfadado…
Hubo un momento de silencio, luego Miley dijo:
—Por supuesto que lo estás. Y no te culpo.
—No.
Siguió otro momento de silencio.
—Deberías estarlo.
—No lo estoy. Por un lado me siento como un muchacho al que se reprende con severidad, pero por otro creo que me lo merezco. En parte me parece también divertido.
—¿Divertido?
Nick asintió.
—Mis hijas, esos angelitos, esos seres a los que quiero más que a nada en este mundo te han... tomado el pelo.
—¿Qué dices?
—Es evidente que te has formado de mí una opinión deplorable como padre. Pero, ¿podrías esperar hasta que hayas entrado en mi casa para juzgarme? Sólo unos minutos. No tardaré mucho en demostrarte que, quizá, hay otra versión de las cosas.


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POR CULPA DE SARII LES DEJO ESTE SOLO CAP U.U ELLA  TIENE LA CULPA POR HACERME LLORAR CON SU NOVELA U.U LO PEOR ES QUE NO ME QUIERE DECIR QUE VA A PASAR :'( MI VISTA ESTA NUBLADA POR HABER LLORADO, Y YA SE SOY PATETICA MILEY LLORABA EN LA NOVELA Y YO LLORABA JAJA, BUENO NO VEO CASI NADA BASICCAMENTE Y ME VOY A DORMIR U.U PERDON, MAÑANA LES HAGO UN SUPER MARATON Y LES VOY A SUBIR CAPS DE NO HAY MARCHA ATRAS Y DE ESTAS DOS NUEVAS NOVES :D BESITOS ♥

3 comentarios:

  1. ahhhh me encantoo y wiii maratonn si siii subeeeee muchos muchoossss

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  2. hahahha estupido Nick ingenuo ¬¬ hahhah a mi tambien me puso a llorar Sara, pero ahora me enojo ¿por que la dejaste ahi? hahhhah espero el maraton

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  3. Jajjajaja qe divertido Miley no dejaba de hablar jajaj y todo parece ser mentira jajajajaja creo qe estas chicas tienen un plan <3 cada vez me caen mejor estas chicas jajaja

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