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domingo, 18 de marzo de 2012

Amor Desesperado: Capitulo 31


Para cuando regresaron a casa, cargados de regalos, Miley se sentía entumecida. Quería perder de vista los malditos regalos. Representaban deseos buenos y sinceros, y ella se sentía cualquier cosa menos sincera.
—Necesito una ducha —dijo, dirigiéndose hacia las escaleras.
—Espera un minuto —Nick la rodeó la muñeca con la mano—. ¿Estás bien?
—Simplemente cansada —dijo, sin darse la vuelta.
—No suenas bien —Nick tiró de ella.
—Estoy bien —insistió Miley, deseando poder sonar más convincente.
—No lo pareces —objetó Nick, volviéndola hacia él.
—Creí que habías dicho que estaba preciosa —dijo ella, forzando una sonrisa.
—No hablo de tu belleza, y tú lo sabes —dijo Nick.
Miley se sentía como un junco, a punto de quebrarse de un soplido.
—Sería mejor que no usaras tus súper-poderes de Comando Guerrero en este momento. La cosa podría ponerse liosa, y no te gustan los líos—. Maldita sea —dijo, mirando el montón de regalos de reojo.
—¿Qué ocurre? —exigió Nick.
—Los regalos. Habrá que devolverlos.
—Yo me ocuparé de eso,             
—No deberíamos haberlos abierto —dijo, con los ojos llenos de lágrimas—. Todo el mundo se alegraba de nuestra felicidad, y yo me sentí como un fraude.
Miley, tú no eres ningún fraude. Eres la mujer más real que he conocido en mi vida.
—Pero a esa gente les importas, Nick. Me siento deshonesta —murmuró.
—Shh —la abrazó, intentando consolarla—. Anna nos pilló por sorpresa. Por eso te ha afectado tanto.
—A veces, cuando simulo estar loca por ti, no me siento como si simulara —confesó, tragando saliva—. Creo que te quiero más de lo que debería.
—Ya. Lo sé —los ojos de Nick brillaban de emoción, su voz sonó ronca—. Yo también te quiero más de lo que debería.
A continuación la besó, borrando todo pensamiento que no fuera él. Sus manos y su boca eran como un fuego abrasador, que destruía todo su dolor. En sus brazos, el mundo exterior desaparecía. Nick lamió sus lágrimas, llevándose así toda la soledad de sus sentimientos.
Ella deseaba ser la mujer que encendiera su pasión, que le hiciera perder parte de su preciado control. Quería ser la mujer en la que él confiara, la mujer que él buscara para celebrar sus éxitos o llorar sus derrotas. Temía que la poseyera y al mismo tiempo lo deseaba.
—Quiero hacerte el amor. Ahora —dijo él—. No ha habido un segundo en toda la noche en el que no deseara sacarte de casa de Anna para estar a solas contigo.
Respiraba agitado, y al rozarse contra él notó su excitación. Su deseo era como gasolina, y ella ya estaba en llamas. Sin hablar, lo besó con la boca abierta y comenzó a tirar de su camisa y de sus pantalones.
Él le desabrochó el vestido, bajándoselo junto con las medias. Un segundo después el sujetador se unía al resto de la ropa. Nick la apretó contra sí.
—Arriba —murmuró, arrastrando la boca hacia sus senos. Soltó una maldición —¿Cómo es posible que sea demasiado rápido y al mismo tiempo no lo suficientemente rápido?
Si las cuerdas vocales de ella hubieran funcionado, le habría dicho «Igual que tú eres demasiado para mí, y aún así quiero más.»
Subieron las escaleras juntos, besándose y acariciándose escalón a escalón. Él sabía exactamente dónde tocarla, exactamente cómo besarla. Miley ardía. Una vez en el oscuro dormitorio, la besó de forma tan posesiva y sexual que la hizo gemir.
—Tengo que tranquilizarme —masculló Nick.
—No —protestó ella.
—Sí —insistió él, respirando con dificultad. La arrastró con él hacia el equipo de música, pulsó el interruptor y una suave música de jazz inundó la habitación.
La atrajo junto a sí, la besó y comenzó a moverse.
—¿Qué haces? —gimió Miley, todo su cuerpo pedía más a gritos.
—Estamos bailando —dijo él.
—Estamos desnudos.
—Ya lo sé.
Acercó el torso a su pecho, estimulando sus pezones. Seductor, frotó su sexo entre sus piernas, haciendo que se sintiera húmeda e hinchada. Miley inhaló su aroma.
Deseaba ahogarse en las sensaciones que él evocaba. Todo en él la atraía, jugueteaba con sus sentidos. Estaba deliciosamente cerca, pero no lo suficiente. Con el corazón a mil por hora, levantó la boca hacia él.
A Nick, el contacto de su lengua, unido a su movimiento, íntimo y rítmico, le pareció tan erótico que se quedó sin aire.
—Eres maravillosa —le dijo, deslizando las manos hasta su trasero.
—Oh, Nick —murmuró—. Te quiero… —se interrumpió cuando volvió a besarla.
—¿Cómo me quieres, Miley? —preguntó con voz sedosa y sensual.
En otro momento, su deseo la habría hecho sonrojarse, pero su cuerpo ardía de pasión.
—Te quiero… —tragó saliva—… dentro de mí.
Los ojos de él brillaron como ascuas cuando la apoyó contra la pared. La levantó y ella, instintivamente, le rodeó la cintura con las piernas.
Centímetro a centímetro, se deslizó dentro de ella.
Miley gimió, contrayéndose alrededor de él. Su posesión era tan intensa que le costaba mantener los ojos abiertos y no quería perderse un segundo de verlo o sentirlo.
Él respiró profundamente y comenzó moverse.
—Eres maravillosa, perfecta. No me canso de ti.
Con un ritmo devastador, la llenó por completo, y Miley deseó que sus palabras fueran ciertas. Durante mucho más que una sola noche.



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BUENO CHICAS LES DEJO HASTA ACA, ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO EL MARATON, BESITOS, DEDICADO A SARII, QUE SIEMPRE TE PREOCUPAS POR LO QUE ME PASA SISTER PERDIDA, NO SABES LO QUE DARIA POR TENERTE MAS CERCA Y DARTE UN SUPER ABRAZO, TE ADORO PERVE  ♥ 


2 comentarios:

  1. Amixx me encantooo no dejes de escribir ya qiero ver qe mas sigue.. Y no te desesperes con lo de tu problem todo se arreglara besitooss

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  2. hahah me encanto, siguelaa, no quiero ver el momento en el que tengan que romper su "compromiso" hahahha espero que nunca se separen

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