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miércoles, 7 de marzo de 2012

Amor Desesperado: Capitulo 7

—Es lo menos que puedo hacer —dijo Miley, incapaz de soportar ver a Nick destrozar el trozo de pastel. Se apoyó contra la mesa y le puso un trozo de pastel delante de la boca—. Me salvaste la vida.
—¿Es necesario volver a hablar de eso? —gruñó Nick.
—No —rió ella—. Te has apañado bien con el sándwich de pavo, pero estás machacando mi pastel. Deja de quejarte y come —insistió. Estaba claro que odiaba que lo ayudara—. Vamos. Sabes que te apetece.
Él le lanzó una mirada que fue como una bofetada de sensualidad. Parpadeó sorprendida, al ver la pasión en sus ojos. Él cambió de expresión, cerró la boca alrededor del tenedor y aceptó el bocado. Era una locura, pero incluso su manera de devorar el trozo de pastel le pareció sensual. Desafortunadamente, Miley sabía que la fuerza solía ser el escudo tras el que se escondían los abusones. Sin embargo, Nick no le daba esa impresión.
Al verlo pasarse la lengua por los labios se le encogió el estómago. Él gruñó apreciativamente y ella volvió a sentir la misma sensación. Lo observó mientras tragaba, inquieta por sus sentimientos.
—Tienes razón. Está delicioso. Quiero más —dijo él, mirándola.
Ella sintió un escalofrío. Sería un amante exigente, pensó. Se preguntó si también sería generoso. La idea de ser responsable del placer de Nick era increíblemente seductora. Le ofreció trozo tras trozo notando como la tensión crecía en su interior. Él chupó una cereza con la lengua y ella sintió una oleada de calor.
Cuando comprendió que la estaba excitando ver a Nick comer, se sintió avergonzada de sí misma. ¡Qué estaba pensando! Respiró lentamente varias veces y se recordó que había tomado una serie de decisiones cuando se matriculó en la universidad. Durante el primer año los hombres estaban prohibidos. Había decido mentalmente apagar el interruptor de su corazón y de sus hormonas femeninas.
Cuando Nick comió por fin el último bocado, estaba tan nerviosa que tenía ganas de romper el plato. Lo recogió y lo llevó a la pila.
—Estaba buenísimo. Gracias…
—De nada —replicó Miley, abriendo el grifo.
Percibió, más que oír, que Nick la seguía. El corazón le latía acelerado y se mordió el labio mientras lavaba el plato.
—¿Hay alguna razón por la quieras arrancar el dibujo del plato? —preguntó Nick, casualmente.
—No —respondió con voz aguda, un tono que odiaba porque denotaba su nerviosismo. Rígida, aclaró el plato, forzó una sonrisa y se volvió hacia él.
Aunque parecía relajado, Miley estaba segura de que sus ojos marrones estaban devorando cada detalle de su persona, desde el pelo revuelto, las mejillas sonrosadas y cada curva de su cuerpo hasta los pies. La miraba tan intensamente que se preguntó si podría leer su mente.
—Me alegro de que te gustara el pastel. Me voy a estudiar un examen.
—¿De qué asignatura?
—Civilización occidental —respondió, deseosa de concentrarse en otra cosa—. Me sé los temas, pero cuando miro las preguntas del examen me quedo…
—En blanco —intervino Nick, asintiendo con la cabeza.
Sorprendida de que Nick entendiera su nerviosismo, dio un respingo.
—Se me hace difícil creer que sepas lo que es eso.
—No solía ponerme muy nervioso en los exámenes, pero me quedé en blanco unas cuantas veces —admitió—. Respirar profundamente y pasar a la siguiente pregunta, para volver a la primera al final, solía ayudarme.
—Tendré que acordarme de eso —dijo Miley, apuntándolo en su lista de trucos para sobrevivir el primer año de carrera. Pero le iba a ser muy difícil recordar nada si Nick no se apartaba. Cada vez que respiraba percibía su olor, y sus hormonas respondían automáticamente.
—No pareces nerviosa —murmuró él, acercándose aún más—. Pareces… —dudó—. Enfadada.
—No estoy enfadada —dijo Miley con vehemencia.
Él la recorrió con mirada especulativa.
—O excitada.
Miley, muda de repente, sintió una punzada de pánico. «No, no, no». No deseaba estar excitada, y si lo estaba no quería que él lo supiera. Quiso negarlo, pero las palabras se le quedaron atragantadas en la garganta.
Nick inclinó la cabeza hacia un lado e hizo una mueca.
—Bingo —dijo con voz grave y aterciopelada, teñida de sorpresa—. ¿Qué es lo que te ha excitado?
—Nada. Nada, nada. No estoy excitada —repuso Miley.
—En mi profesión —Nick sonrió abiertamente—, he aprendido que la gente tiende a responder con énfasis cuando no dice la verdad.
Miley inspiró profundamente, captando de nuevo su aroma sutil y sexy. Debería desagradarla que la estuviera poniendo en un aprieto, decidió aferrarse a esa idea. El desagrado era mucho más seguro que la excitación.
—Ha sido un momento de locura temporal —explicó—. Un ramalazo extraño que ya ha desaparecido. Por completo —añadió.
—¿Seguro?
—Sí —replicó ella alegre, rezando porque fuera verdad.
—¿Qué lo provocó? —preguntó él, curioso




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HOLA CHICAS :D BUENO ACA LES DEJO UN CAP, SI QUIEREN OTRO ME AVISAN, XQ CAPAZ AYER YA LAS CARGUE CON MUCHOS CAPS JAJAJ, BUENO POR CIERTO LA OTRA NOVE, LA VOY A SEGUIR EL VIERNES, XQ TENGO QUE ESCRIBIR Y NO TENGO TIEMPO POR EL COLE :/ BESITOS

2 comentarios:

  1. AWWWWWWWWWWWWWWWWWW PORFAAA!!! SEGUILAAA!!! QUIERO LEER MAS Y MAS JAJA ESTA NOVE ESTA BUENISIMA! PORFISSS SEGUILAAA!!! JAJA , BESOTESSS

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  2. ahhhhh POR QUE LA DEJASTES AHII DIME NOOO YOO QUIERO MAS CAPIS MAS MAS MAS MILLONETAS DE APIS AHHH POR FIIS MAS MAS MA SMA SMAS AHHHHHHHHH BNO ME DEJES ASII

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