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viernes, 23 de diciembre de 2011

Liberty Walk: Capítulo 12

Dos noches más tarde, formalmente vestido con esmoquin, Nick conversaba cortésmente con un colega de matemáticas sentado a su derecha en la sala de banquetes de la Universidad de Edimburgo. No podía esperar que termine la aburrida cena, queriendo como quería volver a su departamento y arreglar sus tumultuosas ideas en privado.

Había pensado que Miley no querría saber nada con él después de volver de Cairn Gorm, pero se había equivocado por una vez. Ella lo vino a buscar y lo sedujo en su propia aula de clases. Pero luego desapareció y no volvió a saber de ella desde entonces. No estaba seguro de cómo interpretar eso.

Después de esa mañana dos días atrás cuando la tomó sobre el banco, Nick pasó con su auto por el hotel de ella esa noche y pensó en entrar. Pero no lo hizo. Finalmente, no pudiendo decidir qué hacer, simplemente se sentó en su auto, mirando pensativamente por la ventana del Lexus, con sus emociones desordenadas.

Él estaba cambiando, la vida estaba cambiando. Se sintió como un convicto tratando de decidir si intentaría escaparse o no.

–Ah, allí estás. Y veo que me has reservado un asiento.

Nick suspiró con alivio, agradecido de que Kevin Castell finalmente había aparecido. Su llegada dio a Nick la excusa perfecta para dejar de charlar con el aburrido profesor sentado a su derecha.

–Hola, Kev. Que bueno que finalmente pudieras venir –le dijo con mordacidad.

–Como si alguno de nosotros pudiera elegir –dijo Kevin en voz baja mientras se sentaba a la izquierda de  Nick. Se calzó una sonrisa mientras inclinaba su cabeza a la esposa de un profesor titular– el deber nos llama.

–Mmm, sí –Nick sonrió, y cruzó miradas con su amigo– no hay nada como una reunión universitaria para desacelerar un día ya gris, siempre lo digo.

–Se está por poner más gris –Kevin suspiró– el Profesor Hamilton se está acercando al escenario.

–Ay, qué felicidad –dijo Nick secamente– espero que nos cuente la historia de cómo se hizo amigo de la Reina Isabel cuando estuvo en Londres. Solamente la hemos escuchado unas…¿qué? Dieciocho o diecinueve veces.

Kevin rió suavemente por lo bajo, luego hizo una mueca cuando el Profesor Hamilton comenzó a hablar.

–Parece que serán veinte.

Sin otra opción, los dos hombres dirigieron su atención al escenario y escucharon la aburrida voz de Hamilton. Nick se encontró con que su mente se evadía, una reacción natural al más puro aburrimiento, pensó.

Sus pensamientos se dispersaban, pero los encontró solidificándose alrededor del enigma de una mujer en particular. No pudo dejar de pensar en qué estaría haciendo Miley en ese momento. Y tan importante como eso, con quién lo estaría haciendo.

Nick se perdió en sus pensamientos tanto que le llevó un buen rato a su cerebro registrar que algo fuera de lo común estaba pasando, algo que no esperaba para nada. Y que eso estaba ocurriendo justo en su mesa…

O, más precisamente, justo debajo de su mesa.

Nick se mantuvo quieto, mientras unas gotas de transpiración brotaban de su frente, mientras una boca muy cálida y lujuriosa envolvió su pene y lo llevó todo hacia adentro. Él conocía bien a esa boca porque ya había pasado aquello muchas veces antes, pecaminosamente deliciosa en su habilidad. Podía tener los ojos tapados y mil mujeres diferentes turnándose para darle placer y aun así podría distinguir a Miley sin ninguna dificultad.

Tan discretamente como era posible, Nick miró para abajo hacia su pantalon, corrió un poco el mantel a un lado, y vio una lengua larga y rosada salir disparada entre dos labios carmesí para chupar su sensible cabeza. Se puso duro como el acero en un instante.

Volviendo a acomodar el mantel, Nick respiró hondo mientras miraba alrededor del salón y pensaba cómo diablos sobreviviría a este banquete. Podía sentir como la leche se le formaba, sabía que iba a salir una gran cantidad. Incluso podía sentir que su respiración se volvía pesada, su corazón latía a un ritmo desmesurado, aunque él hacía lo mejor que podía para aplacarlo.

Nick cerró los ojos por un instante cuando Miley comenzó a deborarlo hasta que le llegó a la garganta. Sus orificios nasales se agrandaron. Podía sentir sus labios sobre la base de su pene, sentirlos acariciarlo con movimientos suaves y ascendentes, sentirlos detenerse en su cabeza y chuparla con energía. Sintió que los dedos de los pies se le encogían y los músculos se le endurecían mientras hacía lo mejor que podía para no gemir en voz alta.

A su derecha, el Profesor Atchinson le murmuró algo a Nick en voz baja. Todo lo que pudo hacer fue sonreír y asentir en respuesta antes de darse vuelta para mirar el escenario una vez más en un esfuerzo por esconder de alguna manera sus expresiones faciales.

Se secó el sudor de la frente mientras las manos de Miley comenzaban a masajearle los músculos de los muslos. Respiró hondo cuando ella hizo una pausa para mordisquear suavemente su cabeza, luego retomó su labor.

Luego se volvió animal, devorándolo con rápidos movimientos hacia arriba y hacia abajo. Voraz. Insaciable, queriendo que terminara en su boca allí mismo, debajo de la mesa.

Sus movimientos se volvieron más y más rápidos, y más rápidos aún. Nick cerró los ojos y respiró profundo, rogando por primera vez que Hamilton siguiera hablando para que todos los ojos siguieran fijos en él, sobre el escenario.

Los movimientos se intensificó sobre la cabeza de su pene, toda la considerable habilidad de Miley concentrada en esa área tan sensible de su hombría. Unos dedos se unieron para masajearlo, y Nick supo que estaba inevitablemente cerca de correrse.

Podía imaginarse cómo se veía, podía ver su cabeza pelirroja meciéndose hacia arriba y hacia abajo por su pene en su mente. Conocía el aspecto de éxtasis carnal que sería intrínseco a sus rasgos faciales, sabía cómo se verían esos labios carnosos mientras se daban un festín con él. Ya no podía soportarlo más.

El discurso de Hamilton llegó a su fin y estallaron los aplausos justo a tiempo para acallar el pequeño gemido que Nick no pudo suprimir. Se corrió dentro de su boca expectante una, dos, tres veces, una erupción de esperma aparentemente interminable, mientras sus músculos se apretaban fuerte y su mandíbula se endurecía.

–Gracias a Dios que terminó –murmuró Kevin a su lado– Fue un discurso condenadamente aburrido.

Nick espiró hondo para afianzarse. Se había acabado tan duramente que se sentía al borde del desmayo. Y ahora ella le chupaba el pequeño orificio de su pene, sus labios y lengua lo limpiaban vorazmente hasta secarlo. Apretó los dientes.

–Aburrido… en verdad .



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BUENO CHICAS HOY SOLAMENTE LES PUEDO SUBIR 2 CAPS :( NO ES QUE NO QUIERA ES QUE AHORA NO TENGO MAS TIEMPO, Y A LA NOCHE TENGO UN CUMPLEAÑOS 18 ASIQUE, FIESTAAAAA ♪ JAJAJAJ BUENO EN FIN, ESPERO QUE LES GUSTE, Y BUENO MAÑANA, COMO REGALO DE NAVIDAD LES HAGO MARATON SE "SUMISA", NOS VEMOS MAÑANA Y CUIDENSE, LAS QUIERO, BYEEEEE ♥

1 comentario:

  1. ME ENCANTARON LOS CAPIS !!!! SEGUILA!!! JAJA NO VEO LA HORA DE QUE SEA MAÑANA PARA LEER EL MARATON DE SUMISA :D JAJA , BESOS

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Gracias por tu comentario :) ♥