-Manténgase
echada, señorita Fenton -ordenó el médico-. Quiero que esté lo más quieta
posible durante las dos próximas horas.
El corazón
de Miley dio un vuelco. Seguía mareada por el golpe y sentía un tremendo dolor
de cabeza. Se preguntó si no estaría viendo visiones. ¿Se trataba realmente de
Nicholas?
-La
señorita Fenton se está recuperando de una conmoción, y tenemos que asegurarnos
de que el accidente no ha provocado ningún daño interno -dijo el médico-. Es
importante que no se mueva. Tal vez la ingresemos por esta noche.
Miley cerró los ojos. No podía pensar en Nicholas en aquellos momentos. Le dolía
demasiado la cabeza. Le dolía demasiado el corazón. Aunque se hubiera golpeado
el cráneo, conservaba la memoria intacta. Recordaba todas y cada una de las palabras
hirientes que él le había espetado la noche anterior.
-Así
está bien. Cierre los ojos y descanse -dijo la enfermera apretándole suavemente
el brazo-. Cuando tengamos los resultados de las radiografías se lo haremos
saber.
Miley escuchó el sonido de una puerta al abrirse, y luego cerrándose. Pasó un
instante antes de que volviera a sentir otro contacto en el brazo, pero esta
vez supo que no se trataba de la enfermera.
-¿Qué
ha ocurrido? -preguntó Nicholas con la voz más dulce que Miley le hubiera
escuchado nunca.
-El
conductor de un Jeep se saltó el semáforo en rojo -respondió ella tras exhalar
un suspiro-. Él no se ha hecho nada. Yo he tenido suerte, pero mi coche está
destrozado.
-Estaba
preocupado por ti -susurró él en voz baja.
-Me
pondré bien -respondió Miley, negándose a leer ninguna segunda intención en sus
palabras.
-Las
cosas van a ser diferentes a partir de ahora entre nosotros -aseguró Nicholas
tras una breve pausa.
-Sí, ya
me lo has dejado lo suficientemente claro -respondió ella con el estómago
encogido.
-No, me
temo que no.
-Oh, yo
diría que sí -insistió Miley, incapaz se seguir manteniendo los ojos cerrados-.
Me dijiste que me había tomado nuestra relación mucho más en serio de lo que
debiera. Me dijiste que podía acostarme con Liam, porque a ti
no te importaba. Me dijiste...
-He
sido un idiota -la interrumpió él lleno de remordimiento-. Lo siento.
-No,
tenías razón -aseguró Miley mirándolo un instante antes de apartar la vista-. Me
tomé las cosas demasiado en serio. Voy a tratar de dejar atrás lo que pasó
entre nosotros. No tengo mucha experiencia en hacerme la dura, pero...
-No -la
atajó Nicholas rozándole la mejilla con un dedo-. No quiero que cambies. Soy yo
el que he mostrado la actitud equivocada. Mírame.
-No
puedo -respondió ella cerrando los ojos-. Me duele muchísimo la cabeza.
-Bueno,
pues entonces escúchame. Estaba equivocado. No entendía qué me estaba ocurriendo.
No esperaba que te convirtieras en alguien tan importante para mí. No esperaba
que nadie fuera tan importante para mí. Nunca me había sentido tan a salvo y a
la vez tan excitado por una mujer.
Miley sintió que se le formaba en el pecho una burbuja de esperanza, pero seguía sin
atreverse a abrir los ojos. ¿Y si estuviera sufriendo una alucinación?
-Te amo
-dijo Nicholas besándole dulcemente el dorso de la mano-. Te necesito.
Miley trago saliva para pasar el nudo que se le había formado en la garganta. Aquello
no podía ser verdad. No podía estar ocurriendo. Había soñado con ello, pero no
podía sucederle.
-Creo que será mejor que avises al médico -aseguró ella abriendo los
ojos y observando el amor en la mirada de Nicholas-. Me temo que
estoy teniendo una alucinación. Acabo de oírte decir que me amas y que me
necesitas.
-Y así
es -respondió él con emoción-. Y te lo repetiré mañana, pasado y todos los días
de tu vida si me dejas.
Tenía
que estar soñando.
El
médico y la enfermera la tuvieron en observación durante un par de horas más,
y luego le dieron el alta tras darle a Nicholas unas cuantas instrucciones.
Cuando regresaron a casa, él insistió en que se quedara en su cama, pero no le
hizo el amor. A la mañana siguiente, cuando Miley se despertó, se sentía cansada
pero un poco mejor. Se incorporó lentamente justo en el momento en que
Nicholas entraba en el dormitorio con la bandeja del desayuno.
-Me
alegro de que te hayas despertado -dijo besándola en la frente-. ¿Tienes
hambre?
-No lo
sé todavía -respondió Miley moviéndose con dificultad-. Primero tengo que
comprobar que mi cuerpo y mi cerebro funcionan correctamente.
-¿Te
sigue doliendo la cabeza, o estás mareada? -se interesó él.
-No
-respondió Miley llevándose la mano a la frente.
-Te
amo, Miley -dijo Nicholas acariciándole la mejilla.
-¿Estás
seguro? -preguntó ella con el corazón encogido.
-Nunca
he estado más seguro de nada.
-Pero,
¿por qué? No soy ni modelo ni una mujer impresionante. Solo soy yo.
-Ay, Miley -susurró Nicholas sacudiendo la cabeza y atrayéndola hacia sí-. Ya veo
que voy a tener que demostrarte que eres la mujer más impresionante del
mundo. No sé cómo lo consigues, pero haces que me sienta bien siendo sencillamente
un ser humano que no tiene que ser perfecto a todas horas. Y al mismo tiempo,
cuando estoy contigo, tengo ganas de ser mejor. Puedo confiar en ti -aseguró
inclinándose ligeramente hacia atrás para mirarla-. Nunca pensé que sería capaz
de confiar en una mujer como confío en ti. Dejé de sentirme solo en cuanto tú
entraste en mi vida.
Las
palabras de Nicholas la atravesaron, dejándola momentáneamente sin habla.
-Creo
que no lo estoy haciendo muy bien -dijo él exhalando un suspiro.
-Oh,
no, lo estás haciendo estupendamente -le aseguró Miley con los ojos inundados en
lágrimas-. Pero es que me cuesta mucho trabajo creerlo. Quiero hacerlo, pero
tengo la impresión de que necesito que me pellizquen, o que haya algún testigo
que me diga que no estoy soñando.
-Muy
bien -dijo Nicholas pellizcándola suavemente-. ¿Esta bien así?
-Más o
menos -respondió ella mirándolo a través de las lágrimas.
Miley sabía que tenía los ojos inundados de amor hacia él, un amor que había ido
creciendo en su interior a pesar de sus esfuerzos por evitarlo.
-Muy bien. Y respecto a los testigos, ¿qué te
parece cientos de ellos dentro de una semana?
-¿Cómo dices? -preguntó Miley tragando saliva.
-En nuestra boda -respondió Nicholas mirándola
con seriedad.
-Boda... -repitió ella moviendo la cabeza en
círculos, completamente anonadada.
-¿Tú me quieres? -dijo él levantándole la barbilla
para obligarla a mirarlo a los ojos.
-Por supuesto que sí -aseguró Miley mientras
notaba cómo le temblaban las rodillas.
-Entonces, hazme el hombre más feliz del mundo
y cásate conmigo -dijo Nicholas abrazándola con fuerza.
En el corazón de Miley solo tenía cabida una
respuesta posible.
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BUENO, ANTE ULTIMO CAPITULO, EL QUE SIGUE, ES EL FINAL :D ESPERO QUE LES GUSTE, DEDICADO A TODAS LAS QUE PIDIERON Y A SARII, QUE FUE QUIEN ME PIDIO QUE SUBA ESTA NOVE :) JAJA LAS QUIEROO ♥
me encanto la proposicion.....
ResponderEliminarde matrimoniooo