Nicholas
se sintió atravesado por una ola de orgullo y felicidad. Molly ya andaba. Se
inventó una excusa y dejó a su vicepresidente a cargo de la reunión. Agarró las
llaves del coche, le dijo a su asistente que regresaría más tarde y condujo
hasta su casa.
Abrió
la puerta y entró en el estudio. Miley sujetaba a Molly de una mano mientras la
niña andaba por la habitación.
-¡Mira,
es papá! -exclamó Miley al verlo entrar-. ¡Enséñale cómo caminas!
La
carita de Molly se iluminó de alegría al verlo y luego, con el ceño fruncido
por la concentración, se dirigió hasta él sin ayuda de Miley.
Nicholas
se puso de rodillas para abrazarla mientras la niña palmeteaba de alegría. Su
padre sentía el corazón tan henchido que casi le dolía. Cuando Molly había ido
a vivir con él, una parte oculta de sí temió que la niña permaneciera triste y
angustiada durante mucho tiempo. Y sin embargo, unas pocas semanas bajo los
cuidados de Miley habían cambiado completamente las tornas. Nicholas se
preguntó si sería consciente de su poder.
-Has
hecho un gran trabajo con ella -aseguró incorporándose con Molly en brazos y
mirando a Miley a los ojos-. Sé que al principio no fue fácil.
-Gracias,
pero hay algo realmente especial en saber que una personita tan vulnerable te
necesita -respondió ella con una sonrisa-. Hace que estés dispuesta a hacer
cualquier cosa.
-De
todas maneras, gracias de parte de los dos -insistió Nicholas-. Tal vez
podríamos celebrarlo yendo a Baronessa a tomar un helado.
-Yo no puedo
-respondió Miley con una expresión algo triste-. Pero ustedes dos deberían ir
sin dudarlo.
-¿Por
qué no puedes? -preguntó él frunciendo el ceño.
-Es mi
noche libre y tengo una cita.
-Bueno,
tal vez en otra ocasión, entonces -murmuró Nicholas irritado.
Irritado
porque Miley tenía una cita, irritado porque otro hombre fuera a tener la
oportunidad de estar con ella aquella noche, e irritado por estar irritado.
Nicholas
volvió al trabajo y regresó a casa justo a tiempo para ver a Miley salir. Se
había puesto un vestido corto de color negro, más elegante que los otros que se
había comprado, y se dio cuenta además de que había depurado también su técnica
de maquillaje.
Su
perfume permaneció cuando ella se hubo marchado, y Nicholas se quedó
aspirándolo hasta que fue consciente de lo que estaba haciendo y se sintió
como un idiota.
Cansada
de tanto caminar, Molly se durmió enseguida, así que Nicholas renunció a la
idea de visitar la heladería de su familia. De todas formas, no estaba de
humor. Ni tampoco lo estaba para ver el partido de los Boston Celtics por
televisión, ni para leer el periódico que tenía en la mano. El tiempo fue
pasando, y su imaginación no dejaba de volar. Se preguntaba qué estaría haciendo Miley.
Se
preguntaba si aquel chico le habría hecho tilín y ella se habría decidido a
probar el lápiz de labios que duraba ocho horas. Se preguntaba si aquel chico
trataría de averiguar si Miley llevaba braguitas bajo aquel vestido negro.
Sintió
un nudo en el estómago al pensarlo, y la piel se le puso tensa. Debería estar
pensando en la mujer con la que iba a quedar la noche siguiente, y no en Miley.
Iba a asistir a una fiesta con una de las mujeres más hermosas de Boston, y
tendría que resultarle fácil dejar de pensar en su niñera. Entonces, ¿por qué
no lo hacía?
Era más
de medianoche cuando apagó la televisión y se dirigió a las escaleras.
Entonces escuchó un sonido en la entrada. La puerta se abrió y Miley, empapada
de los pies a la cabeza, entró en casa. Se le había corrido el maquillaje y le
temblaban las manos.
-¿Qué
demonios ha ocurrido?
-Tuve
un pequeño desacuerdo con mi acompañante —respondió ella con una leve sonrisa.
-¿A qué te refieres? —preguntó Nicholas mientras un pensamiento
horrible le atravesaba la mente.
-Insistió
en que fuera con él a su apartamento, pero yo no quería. Se puso un poco pesado,
y...
-¿Cómo
de pesado? -insistió él poniéndose tenso.
-Bueno,
ya sabes -comenzó a decir Miley-. Si no quieres que alguien te meta la lengua en
la boca, mucho menos quieres que te la meta en la garganta. Y desde luego,
tampoco quieres que te meta las manos debajo del vestido. Era peor que un niño
pequeño. He debido decir la palabra «no» una docena de veces. Tal vez era
sordo. Y eso que no ensayé ninguno de los trucos para Diosas...
-Creo
que ese tipo debería aprender un par de lecciones sobre cómo tratar a las
mujeres -aseguró Nicholas lleno de furia-. ¿Te ha hecho daño?
-No,
claro que no -aseguró Miley quitándose el abrigo y mirándose a los zapatos-. Los
tacones no están pensados para una caminata de cinco kilómetros por Boston. Me
van a salir callos, y no valía la pena por ese tipo. ¿Puedes darte la vuelta?
No puedo seguir soportando estas medias ni un minuto más.
-Tal
vez deberías dejarme que controlara tus citas.
-Mis
citas están controlada. Este chico, Jeremy, es un conocido de uno de mis
compañeros de voleibol. Es nuevo en la ciudad. Gracias a Dios que me he quitado
las medias -murmuró exhalando un suspiro-. Creo que se ofendió cuando le dije
que necesitaba darse una ducha fría.
-¿De
verdad has caminado tanto? -preguntó Nicholas aliviado al comprobar que ya
temblaba menos.
-No hay
taxis a estas horas cuando llueve -aseguró ella.
-Deberías
haberme llamado -dijo Nicholas acercándose más.
-No
podía hacerlo -contestó Miley exhalando un suspiro-. Eres mi jefe.
-Maldita
sea —respondió él entre dientes agarrándola del brazo-. Tu seguridad es
importante para Molly y para mí. Si vuelves a verte en una situación parecida,
insisto en que me llames.
-No creo que vuelva a ocurrir, pero de acuerdo -aseguró Miley mirándolo
a los ojos-. Ahora lo único que quiero es darme un baño caliente.
-¿En el
jacuzzi? -sugirió él apartándole un mechón húmedo de la cara.
Los
ojos de Miley brillaron con el mismo deseo prohibido que él sentía. Ella negó
con la cabeza, pero Nicholas pudo leer en su rostro los recuerdos del momento
de pasión que habían compartido.
-El
jacuzzi está prohibido para mí -aseguró ella con voz neutra, pero con una
mirada tremendamente sensual que no fue capaz de disimular-. Y tú estás más
prohibido todavía.
Nicholas sintió un creciente y peligroso deseo de
mostrarle a Miley lo deliciosas que podían llegar a ser aquellas prohibiciones-----------------------------------------------------------------
OHH WA WAOO AHHH HERMANITA TENES QUE SEGUIRLA PRONTO PLIS MUERO POR VER EL SIGUIENTE CAPI AHHH NO ME INFARTES ASII DIMEE AHHHHHH AHHHHH MUERO MUEOR MUERO MUERO ESTOY EN SHOCK MUEO Y REVIIVO Y SIGO EN SHOCK Y VUELVO A MORIR AHH TENES QUE SEGUIRLA PLEASE
ResponderEliminarwoooww seguilaaa!!! que estuvo genial!!!
ResponderEliminaraawww me encantooooooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarespero la sigas pronto amix
y me canto el banner qe te hizo sariis le qedo bonito jiji yo ya me hice unos jaja
espero mas capis pronto si no muero!!!!
ok ok fue muy pokitooooo un maraton es como minimo 5 caps de cada nove :p hehe (encerio) subeeeeeeeeee massssss cuidate.
ResponderEliminarola nna se que casi no comento pero es que no tngo tiempo, aww linda a qui toy :)) me encanta la novela, siguela pleaaaseeee!!! la leo en mis tiempos libres aunque no comente. cuidate muchoteee!!!!!!!! cariñoo te quieroooo millon... un esooo inmensooo y un abrazoo siguela!!! <3
ResponderEliminarawww me encanto por favr sigela no la dejes asi me dejaste con la voca abierta pidiendo mas !!! aaaaaaaaahhhhhh
ResponderEliminarSERIA LINDO K CELEBREN LOS PASOS DE MOLYY EN LA CAMA AHAHHA
ANASBFKAESGFDHKSD NOSE COMO SUPLICARTE K LA SIGAS
PORFIS SUBELA PRONTO
GRACIAS TQ♥AGUS !*
ESTUPENDO!!
ResponderEliminarme encantó...!! xD vamos Nick!! saca ese lado rebelde y pasional....
ojala se case con Miley!!
siguela! siguela! siguela!
=D
ME ENCANTARON LOS CAPIIISSSSSSSS!!!!!!!! SEGUILA PRONTO PORFA! JEJE , BESOTESSS Y CUIDATE :)
ResponderEliminarhahha que lindo =D, siguela, por fin ya acabe de leer todo, siguella, haha pero pense que iban a ser 20 capitulos grr
ResponderEliminarMe gustó mucho el capitulo. Postea pronto, me encanta tu novela.
ResponderEliminarTe sigo, saludos!
ME ENCANTOOOOO...
ResponderEliminarYA LEI TODA LAS HISTORIA ...
SIGUELA PORFA...