Cuando las dos se
perdieron de vista, Nick se rascó el cuello y le dirigió a Miley una mirada entre
pesarosa e irónica.
—Dímelo sin rodeos;
¿crees que he perdido por completo mi autoridad de padre?
Miley se echó a reír, pero
en seguida se puso seria al darse cuenta de que estaban solos. En la oscuridad.
Y sus jóvenes compañeras la habían abandonado.
—Creo que es porque has
permitido que se hagan demasiado independientes.
—¿Demasiado
independientes?
—Tú mismo lo dijiste, Nick. ¿Cómo puede uno permitir que un hijo no se haga independiente? —inquirió
Miley con suavidad—. ¿Cómo puede desarrollar alguien su carácter si no se le
concede libertad para cometer errores, para probarse a sí mismo y saber lo que
desea?
—Sí, esa es la teoría
—extendió una mano para tomar la de ella. La ayudó a levantarse y la mantuvo
junto a él, pero sólo un instante—. La realidad es un poco diferente. Siempre
que veo a Noel con algún chico, me dan ganas de mandarla a algún internado de
monjas.
—Está probando sus
poderes de seducción —señaló Miley sonriendo—. Está tratando de cautivar a toda
la población masculina. Cuando le interese un solo chico es cuando vas a tener
que tomar tranquilizantes.
—¿Tú lo hacías?
—¿El qué?
Miley estaba siendo
víctima otra vez de su hechizo. Se suponía que debía ser cautelosa cuando
estaba con Nick. Se suponía que debía recordar que no era como otras mujeres y
no debía propiciar ninguna relación seria entre ellos.
—¿Probabas tus poderes
de seducción cuando tenías la edad de Noel?
—Sí, era terrible
—admitió ella en tono divertido. Quizá era por el susurro de la brisa y el olor
del mar y los árboles, pero las puertas personales que tanto trabajo le costaba
mantener cerradas para todos los demás, le resultaba imposible no abrirlas con Nick—. Salía con los chicos menos recomendables del colegio y rompía todas las
reglas que mis padres me imponían. ¡Mi pobre madre! Sé muy bien que empezaron a
salirle canas cuando yo estaba en el último curso... y todo para nada.
Nick se volvió para
mirarla extrañado.
—¿Para nada?
Miley emitió una risilla
nerviosa.
—Me gustaba que me
miraran, pero no que me tocaran, en realidad. Nunca me perdía una fiesta ni una
reunión, pero sólo para dejarme ver. Me rellenaba mi sostén con algodón. ¿Crees
que iba a dejar que algún chico lo descubriera?
Hubo un momento de
silencio, los ojos de Nick se clavaron en ella.
—¿Es verdad que hacías
eso?
—¿El qué?
—Llevar relleno en el
sostén.
—Claro que lo hacía. Y
puedes dejar de contener la risa, Larson. No hacía nada que no fuera normal
entonces. Y creo que en todas las épocas; desde siempre las mujeres han tratado
de acentuar sus atributos femeninos. Y no creo que las chicas de hoy en día
hayan cambiado mucho... ¿no has notado que Noel está un poco... cambiada de
repente?
—¿Pretendes decirme que
mi hija...?
—No podría estar por sí
misma tan desarrollada —Miley hizo que su interlocutor se riera.
Luego él le deslizó una
mano por la espalda. Nick la llevaba hacia la playa. Cuando llegaron a una
duna,
Miley sintió la arena bajo sus pies y contempló el mar, oscuro, infinito,
imponente.
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