Nicholas
había salido con una de sus herniosas mujeres. Sería una velada muy larga.
Cena y ópera. Miley se dijo a sí misma que de todas maneras, a ella no le
hubiera gustado ir.
-Tú
eres mucho más divertida que cualquier ópera -le dijo a Molly mientras le metía
en la boca los espaguetis.
Sonó el
timbre de la puerta, y Miley escuchó la voz de la doncella diciendo que ella
abriría. Se escucharon poco después varias voces femeninas. Miley apenas
parpadeó ante la presencia de aquellas cuatro mujeres en el umbral. Reconoció
de inmediato a Miley, y aunque las demás tenían rasgos diferentes, se adivinaba
en ellas un aire a la familia Barone.
-Hemos
venido a ver a la bambina, y no aceptaremos un “no” por respuesta -dijo la más
menuda.
Tenía
el pelo castaño oscuro y los ojos marrones, y era de una belleza exquisita.
-Basta,
María -intervino Gina-. Estás asustando a Miley. Lo menos que puedes hacer es
presentarte.
-Soy
María Barone, la más pequeña -dijo la mujer avanzando un paso con el brazo
extendido-. Nicholas nos ha dicho que Molly ya anda,
y no pudimos
resistir la tentación de venir. Deberías llevarla a la heladería.
-íbamos
a ir anoche, pero yo tenía una cita, y Nicholas está en la ópera esta noche.
-Así
que no está... -dijo otra de las mujeres con entusiasmo-. Eso significa que no
podrá echarnos enseguida. Yo soy Rita, la número siete en orden de nacimiento.
- Espero que no te importe que nos hayamos plantado así... Rita, Maria y yo vivimos juntas, y como esta noche no teníamos planes, decidimos venir a visitar a nuestra sobrina. Nicholas la ha tenido muy protegida.
- Espero que no te importe que nos hayamos plantado así... Rita, Maria y yo vivimos juntas, y como esta noche no teníamos planes, decidimos venir a visitar a nuestra sobrina. Nicholas la ha tenido muy protegida.
-Yo soy
Colleen -dijo la más callada del grupo dando un paso al frente-. He oído a mi
madre hablar muy bien de ti. Dice que has hecho maravillas con Molly.
-Gracias
-contestó Miley, algo abrumada y al mismo tiempo encantada de conocer a las hermanas
de Nicholas-. Me alegro de que hayan venido a verla. No teníamos planeado
nada especial, aparte de terminar de darle los espaguetis a Molly y bañarla.
-¿Puedo
dárselos yo? -preguntó María con entusiasmo.
Miley le
dio la cuchara a la hermana de Nicholas y se apartó un poco, de manera que
pudiera seguir en el ángulo de visión de Molly.
-¿Tú no
vives con tus hermanas? -le preguntó a Colleen.
Antes
de que ella pudiera responder, Gina dio un paso adelante y negó con la cabeza.
-Colleen
dejó el convento hace un par de años, pero decidió que sería demasiado fuerte
vivir con nosotras después de haber convivido con las monjas.
-Creo
que estaban preocupadas por la influencia moral que podía ejercer sobre ellas
—bromeó Colleen.
Todas
soltaron una carcajada, y Miley no pudo evitar sentir una punzada de envidia al
ver lo bien que se llevaban.
-Tiene
que ser maravilloso tener una familia tan numerosa -comentó, incapaz de mantener
en secreto lo que llevaba años deseando.
-Tiene
sus pros y sus contras -aseguró Colleen-. ¿Y tu familia?
-Mis
padres murieron. Sólo somos mi hermano y yo.
-Bueno,
en ese caso podemos adoptarte -murmuró Colleen con cariño agarrándola de la
mano.
-Claro
-asintió Gina-. Podemos meternos en tus asuntos, aparecer sin avisar y decirte
cómo tienes que vivir tu vida. Tenemos experiencia en eso.
-Suena
estupendo -respondió Miley.
-Esta
chica me gusta -aseguró Gina con una sonrisa-. Y me apuesto lo que sea a que a
Nicholas también le gusta.
-No soy
su tipo -contestó Miley negando con la cabeza mientras sentía cómo se le paraba
el corazón.
-¿Por
qué no? -preguntó María mientras le limpiaba la cara a Molly con una toallita.
-Bueno,
para empezar, porque no soy bonita -dijo Miley poniéndose en pie al ver que
Molly comenzaba a protestar-. A esta niña hay que limpiarla rápido para que no
se queje.
-¿Quién
te ha dicho que no eres bonita? -preguntó María.
-No
hace falta que nadie me lo diga -respondió ella, incómoda con la
conversación-. No soy su tipo y ya está. Bueno, ¿quién quiere ayudarme a
bañarla?
-¡Yo!
-exclamaron las cuatro mujeres a la vez.
Miley respiró
con alivio al comprobar que había conseguido cambiar de tema. No podía evitar
que le gustaran aquellas mujeres, que eran tan amables con Molly. Se turnaron
para ocuparse de la niña. Luego la dejaron en la cuna y, para su sorpresa, se
despidieron de ella en la puerta con un beso antes de marcharse.
Después, Miley se sentó en la cocina y fantaseó sobre lo que hubiera sido tener una
familia tan grande y cariñosa. Tenía la sospecha de que ellos no eran
conscientes de su suerte. Sintió en el pecho una punzada de dolor y los ojos
se le llenaron de lágrimas.
Sorprendida
ante su propia reacción, Miley se tragó las lágrimas y abrió el último ejemplar
de la revista Diosas. Seguro que aquella la distraería.
Nicholas
entró en la casa silenciosa y se apoyó contra la pared mientras dejaba escapar
un suspiro de alivio. La velada se le había hecho interminable. Corinne
estaba espléndida y vestida con mucha clase. Había estado de acuerdo en todo lo que
él había comentado, y Nicholas se había aburrido mortalmente.
Miley escuchaba lo que él decía, pero no siempre le daba la razón. Nicholas cerró
los ojos y se apretó el puente de la nariz. Aquella situación se iba haciendo
más insostenible cada día que pasaba. Había pensado que una velada con Corinne
serviría para apartar a Miley de su mente, y Corinne le había dado a entender
que estaba más que dispuesta a dejarle pasar la noche con ella en su
apartamento.
Tendría
que haberse quedado. Tendría que haber dejado que ella se hiciera cargo de sus
necesidades, pero aquella perspectiva lo había dejado, cuando menos, frío.
Ojalá no tuviera ningún problema orgánico, pensó mientras se apartaba de la
pared y se dirigía a la cocina. Sacó una botella de vino de la despensa y le
quitó el corcho. Inhaló su aroma y después se sirvió un vaso.
Dio un
gran sorbo, paladeándolo. Le echó un vistazo a la mesa y vio que encima había
una revista abierta en un artículo titulado: Cincuenta maneras de seducir a tu
hombre.
Nicholas
se acercó y comprobó la portada: Diosas. Tendría que haberlo supuesto. Regresó
a la página del artículo y leyó por encima la lista de sugerencias: «Chúpale
los lóbulos de las orejas... Ponle una venda en los ojos y recorre sus zonas
más sensibles sólo con tu cabello... Chúpale el ombligo.... Chúpale...»
Nicholas
podía imaginarse perfectamente el cabello salvaje de Miley recorriendo su cuerpo desnudo.
Aquella imagen le provocó una erección.
Si Miley estaba leyendo aquello, se preguntó con quién tendría pensado llevar a la
práctica aquellos cincuenta puntos de seducción. La idea de que ensayara
cualquiera de ellos con cualquier otro hombre que no fuera él lo sacaba de sus
casillas.
Nicholas
cerró la revista de golpe y soltó un gemido.
¿Cómo
se suponía que iba a conciliar el sueño?
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HOLAAAA CHICASSSS!! bueno como prometi ayer, y como estoy de un excelente humor jajaj (mis papas me dejaron faltar al colegio hoy :P) voy a subir caps hasta CANSARME! JAJAJ espero que les guste, y por cierto, aunque ya lo haya dicho ayer GRACIAS A TODAS por sus regalos en los blogs, ya los lei :) me faltan los maratones pero dsp de subir aca los leo :) GRACIAS besitos ♥
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HOLAAAA CHICASSSS!! bueno como prometi ayer, y como estoy de un excelente humor jajaj (mis papas me dejaron faltar al colegio hoy :P) voy a subir caps hasta CANSARME! JAJAJ espero que les guste, y por cierto, aunque ya lo haya dicho ayer GRACIAS A TODAS por sus regalos en los blogs, ya los lei :) me faltan los maratones pero dsp de subir aca los leo :) GRACIAS besitos ♥
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