El Playboy Enamorado: Capitulo 20

Cuando Miley se despertó a la mañana si­guiente, entendió al instante el significado de la expresión: «El dolor de la recién casada». Aun­que ella era una atleta y había sufrido agujetas con anterioridad, le dolía el cuerpo de una ma­nera que nunca antes hubiera imaginado.

Miró el vacío que había a su lado, en el que antes había estado Nicholas, y acarició con la mano la almohada en la que él había reposado la cabeza. Le asaltaban un cúmulo de emociones. Empezó a pensar en todas las cuestiones que la noche anterior se había impedido a sí misma considerar.

Nicholas y ella habían cruzado la frontera, y se habían convertido en amantes. Amantes secre­tos. Se sentó en la cama y sintió un nuevo dolor, esta vez en el corazón. Por una parte, entendía el deseo de Nicholas de mantener su relación en secreto. El resto de su vida era demasiado pú­blica. Y además, estaba el hecho de que ella tra­bajara para él. Y sin embargo, una parte de Miley no podía evitar preguntarse si no estaría avergonzado de ella, o al menos del deseo que sentía hacia ella.

Desde el momento en que conoció a Nicholas Barone supo que estaba fuera de su alcance, pero no quería que aquello fuera un problema. Aunque debía andar con cuidado, porque po­dría llegar a enamorarse de él.

Miley se miró en el espejo que había en el toca­dor y compuso una mueca. La verdad cayó sobre ella con toda contundencia. Si no estuviera ya enamorada de Nicholas, ¿acaso se habría entre­gado a él tan alegremente la noche anterior?

Miley notó que se le encogía el corazón y sintió una punzada de pánico. Se había enamorado de él. Aunque tal vez fuera algo normal entre las vír­genes. Quizá todas las mujeres se quedaban ena­moradas después de la primera vez.

Pero Miley sabía la verdad. En el fondo de su corazón, la sabía, y ese conocimiento la golpeó como un mazazo. Estaba enamorada de Nicholas Barone. Y tenía que guardarlo en secreto.

 Durante el día, Miley se enfrentaba a sus peque­ñas dudas, pero cuando Nicholas llegaba cada noche, conseguía que todas sus preocupaciones desparecieran. Compartían las veladas en casa con Molly, y una noche incluso se aventuraron a ir a la Heladería Baronessa, en Hannover Street.

El edificio conservaba el aspecto y el encanto de las tiendas antiguas de caramelos, con sus ta­buretes y su escaparate. A Miley le encantó nada más verla.

María los recibió a los tres con una sonrisa de oreja a oreja.

-Ya era hora de que nos visitarais. Puedo ofrecerles chocolate caliente y capuchino, si tienen frío.

Miley no pudo evitar pensar en el beso apasio­nado que ella y Nicholas acababan de darse justo antes de salir de casa.

-Yo no tengo frío -aseguró ella sin atreverse a mirarlo a los ojos-. A Molly y a mí nos encantaría tomarnos un helado de fresa.

-Que sean tres —dijo él siguiendo a su her­mana hacia la parte trasera de la heladería, que estaba bastante llena-. Me sorprende que no ha­yas pedido salsa de caramelo caliente -le susurró a Miley sentándose a su lado y rozándole la pierna.

-No deberías coquetear conmigo en público si quieres mantener nuestra relación en secreto -aseguró ella mirándolo con asombro.

-Es que me cuesta mucho trabajo -protestó Nicholas-. Así que tú me dirás qué vas a hacer al respecto.

-¿Al respecto de qué? —preguntó Miley mien­tras colocaba a la niña en una trona.

-Al respecto de cómo me afecta tu presencia -respondió él mirándola con un ardor capaz de prender fuego a todo el edificio.

-A lo mejor no te acuerdas del número treinta y siete de la lista -dijo Miley llevándose a la boca una cucharada del helado que acababa de ser­virle un camarero.

-Seguramente no. Mis circuitos se han que­dado clavados en el número veintinueve.

-El punto treinta y siete está relacionado con el helado -aseguró ella lamiendo los restos de dulce de su cucharilla.

-¿Helado y qué más?

-Algo por lo que me arrestarían si me atre­viera a hacerlo en público -respondió Miley son­riendo mientras daba otro lametón a su cuchara.

Nicholas se estiró el cuello de la camisa y ella casi pudo notar cómo le salía humo por la ca­beza. La certeza de saber que tenía el poder para excitarlo de aquel modo resultaba muy gratifi­cante.

-Ya que hablamos de la lista, te diré que no es­toy de acuerdo con uno de los puntos -dijo de pronto Nicholas sirviéndole a su hija en la boca una cucharada de helado-. No me gusta tu lápiz de labios.

-¿Por qué no? -preguntó Miley parpadeando.

-Porque preferiría que llevaras uno que de­jara marca cada vez que me besas -respondió él-. Marcas por todas partes.

A Miley se le formó un nudo en el estómago ante la posibilidad de dejar a Nicholas marcado, de hacerlo suyo.

-Tal vez podríamos añadirlo a la lista -pro­puso ella-. ¿Puedo elegir yo el lugar donde te be­saría?

-Sí, pero yo trataría de influenciarte.

Estaba segura de ello. Miley resistió la apre­miante necesidad de llevarse el plato de helado a sus acaloradas mejillas. Las imágenes sensuales que ella y Nicholas estaban evocando le habían dejado el cerebro momentáneamente noquea-do.

-¿Va todo bien? -preguntó María apareciendo de pronto a su lado.

-Perfectamente. Llevas el negocio con la misma gracia que la abuela Angélica.

-Eso es todo un cumplido viniendo de ti -ase­guró su hermana con expresión encantada.

-Te lo mereces.

-Gracias. ¿Seguro que va todo bien? Me daba la impresión de que estaban teniendo una con­versación de lo más intensa...

-Le estaba comentando a Miley que los helados se hacen directamente aquí -aseguró Nicholas al instante.

-Así es -respondió Maria asintiendo con la ca­beza-. Tenemos el compromiso de mantener la atmósfera y la calidad de la tienda original. Otro día te enseñaré la cocina donde se hace, Miley, Pero ahora, si me disculpan, tengo que atender a los clientes...

-María es una apasionada de la heladería -le comentó Nicholas a Miley cuando su hermana se hubo marchado-. Ella trabajó aquí con la abuela Angélica hasta que ésta murió el año pasado.

Miley le echó un vistazo a las grandes fotogra­fías en blanco y negro de los abuelos de Nicholas inaugurando la tienda. En sus jóvenes rostros pa­recían estar escritos el amor y la esperanza.

-Se amaron muchísimo, ¿verdad?

Nicholas asintió con la cabeza.

-Marco la amó lo suficiente como para fu­garse con ella -aseguró con aire pensativo-. Tu­vieron muchos problemas, pero compartieron uno de esos amores para toda la vida que no to­dos tenemos la suerte de encontrar.

El corazón de Miley dio un vuelco al contemplar la expresión de su rostro. Ella deseaba con toda su alma que Nicholas sintiera un amor de aquel tipo hacia ella. Deseaba que él pudiera mirarla y ver cuánto lo amaba. Pero entonces sintió un nudo en el estómago. Si Nicholas se enteraba de lo fuertes que eran sus sentimien­tos respecto a él, la dejaría más rápidamente de lo que tarda un helado en derretirse una tarde de verano. Tenía que dejar de hacerse ilusio­nes.

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HOLA CHICAS, BUENO ACA LES DEJO UN CAP MEDIO LARGO :P tengo que estudiar y no tengo mucho tiempo :/ pero igual, necesito QUE LEAN ESTO!

VA DIRIGIDO A CUALQUIER PERSONA QUE TRATE DE HACERLE ALGO A SARI, SISI SARI MI HERMANITA, LA CHICA DEL BLOG, CUALQUIERA, NO ME IMPORTA QUIEN, QUE TRATE DE HACERLE ALGO, HACERLA SENTIR MAL, O DECIR COSAS ABSURDAS (como hacen las personas sin vida, no vale ni la pena nombrarlas, algunas ya saben quien) SE LAS VA A VER CON TODAS LAS QUE LA APOYAMOS A SARI, SOMOS MUCHAS, Y YO SOY LA PRINCIPAL JUNTO CON MENI, NO ME IMPORTA NADA! OK? LO PEOR QUE PUEDEN HACER ES METERSE CON LA GENTE QUE QUIERO. 

EN VEZ DE ESTAR ORGANIZANDO LA MANERA DE "VENGARSE" POR COSAS QUE EN NINGUN MOMENTO ELLA HIZO, SOY TESTIGO, XQ LEO SIEMPRE SU BLOG, Y SEGUN ESTA GENTE SIN VIDA, ELLA HABLA MAL DE ELLAS EN SU BLOG, POR FAVOR, COMPRUEBEN BIEN LO QUE DICEN, O QUE SUS "INFORMANTES" APRENDAN A LEER! 

ESTOY ARTA DE ESTAS DOS PERSONAS, UNA ES UNA MENTIROSA CON TODAS LAS LETRAS, LA VERDAD NO SE COMO PUDE CREERLE, PERO UNA VEZ CAI, OTRA VEZ NO VA A VOLVER A PASAR, Y LA OTRA ES SU PERRO FALDERO QUE CORRE ATRAS DE ELLA, OTRA PATETICA MAS. 

Escribo esto para descargarme, xq la verdad ya me cansaron, y por cierto, si no es mucho pedir, a los ANONIMOS dejen nombres, si? bueno.

Si alguien tiene algun problemas con alguien, ya sea con sari, o conmigo o con cualquier chica blogger, DIGANLO! NO HABLEN A LAS ESPALDAS xq eso es CAER BAJO! 

Bueno chicas, me voy a estudiar, besitos, y a las de siempre, ya saben quienes son, LAS ADORO.

pd: Yaz creo que era, la verdad no me acuerdo bien, no me molesta que me digan asi jaja decime como quieras, no me molesta ;) sin insultos JAJAJAAJ byeee ♥