I made this widget at MyFlashFetish.com.


sábado, 14 de abril de 2012

Ola de Calor: Capitulo 23


Las visitantes estaban tomando un vaso de limonada y una tarta de frambuesa. La rubia bajita movía nerviosa las piernas y la morena, vestida de rojo y blanco, ocupaba la silla de Miley.
—¡Estás... impresionante! —elogió Miley a Noel y le dio un abrazo cariñoso a Angie—. ¿Pero qué hacen aquí?
Las dos comenzaron a hablar al mismo tiempo.  
—Tomamos un taxi y...
—Siempre hemos querido conocer tu oficina, Miley, pero más que nada queríamos hablar contigo.
—Tenemos que hablar contigo —corrigió Angie—. Esto es importante y no podíamos hablar en ninguna parte donde papá nos pudiera oír.
—Parece seria la cuestión —murmuró Miley—. Bien, escúchenme. Si se trata de algo sólo para mujeres, está bien. Pero si es algo que su padre debería saber...
—No tenemos ningún problema, Miley. Ni siquiera estamos aquí para hablar de nosotras —se apresuró a decir Noel—. En realidad hemos venido a hablar de ti —al ver la mirada de desconcierto de Miley, explicó—: Ya sabes. Sobre lo de papá y tú. No hay problema. Estamos de acuerdo.
Miley se desplomó en la silla más cercana.
—Al principio no estaba segura —dijo Angie—. Es decir, ahora tú y nosotras somos amigas. Así que pensé: ¿para qué complicar las cosas convirtiéndote en nuestra madrastra? Y también sentía lealtad hacia mi madre. Pero como dice Noel, mamá te apreciaba mucho y además, aunque te conviertas en nuestra madrastra no vas a portarte como la madrastra de Cenicienta, ¿verdad?
Miley no tuvo tiempo de replicar antes que Noel interviniera.
—Y papá está muy distinto desde que andas con nosotros. Sonríe todo el tiempo. Ya no está tan serio como antes. Es como si volviera a ser nuestro padre de antes, ¿comprendes?
—Habla, se ríe con nosotras y pasa mucho tiempo en casa —recalcó Angie.
Miley trató de interrumpirlas de nuevo, pero no tuvo oportunidad de hacerlo.
—Y sabemos por qué —Noel se apartó un rizo—. No estamos ciegas; las dos podemos ver lo que está pasando. Y sólo queremos que sepas que con nosotras no hay problema, estamos aquí para ayudarte. Estamos de tu parte. Papá es demasiado... cómo te diría... —intercambió miradas con su hermana—. No estamos seguras de que papá sepa lo que está haciendo.
Angie, demasiado ingenua para ser discreta, apuntó:
—Tampoco nos parece que tú lo sepas muy bien. Quizá piensas que sólo soy una niña, pero he aprendido muchas cosas en la televisión.
—Nos parece que podrías pintarte un poco mejor, Miley —dijo Noel con absoluta seriedad.
—Y papá no sabe lo que tiene que hacer... como invitarte a bailar, comprarte flores y bombones y esas cosas. Noel dice que quizá tú tengas que darle un empujoncito.
—Hace mucho que él no tiene nada que ver con mujeres —dijo Noel.
—¡Vaya! —pudo decir Miley al fin.
—Nos pareció que podríamos darte algunas ideas, ayudarte a arreglar algunas cosas. Yo podría cocinar, Angie ha encontrado unas velas.
—Vaya —replicó Miley. Miró largamente a las dos chiquillas entusiastas e hizo lo que pudo para hacerse a la idea de lo que estaba oyendo. Si tuviera tiempo iría a la biblioteca a buscar un libro sobre adolescentes precoces y la manera de tratar con ellas. Por desgracia no había tiempo—. Antes que nada, señoritinas, están equivocadas. Soy amiga suya, y espero que también de su padre.
—Sí, Miley.
—Sí, Miley.
—Segundo: No tengo nada que ver con cualquier cambio que hayan visto en su padre. Nada.
—Sí, Miley —las dos hermanas se miraron.
—Tercero: Puedo quererlas muchísimo, pero eso no significa que ciertos temas no dejen de ser muy personales. Lo que sucede entre un hombre y una mujer, es algo entre él y ella. Eso se aplica a mí, a su padre, y a cualquiera con quien se relacione su padre ahora, mañana o dentro de diez años. No deben meterse en lo que no es asunto de ustedes. ¿Lo entienden?
—Sí, Miley —contestaron al unísono.                                         
—Cuarto... —Miley movió la cabeza molesta—. No han entendido nada. No me casaré con su padre. No seré su madrastra. Su padre y yo sólo somos amigos. Eso es todo. ¿Entendieron?
—Sí, Miley.                               
—Sí, Miley.
Las chicas dieron una vuelta por la tienda, tomaron galletitas, se probaron sombreros del siglo pasado y jugaron con las miniaturas en la casa de muñecas. Por fin Miley llamó a un taxi y pagó por adelantado para que las llevara a su casa. Pensaba que lo había dejado todo claro, hasta que Noel le dio un pellizco pícaro en la mano cuando se iban.
—Si papá no llega a casa esta noche, yo prepararé el desayuno de Angie —murmuró—. No te preocupes por nada. Tengo suficiente edad para comprender ciertas cosas.

-----------------------------------------------------------------------------------
HASTA YO REI CON LA ULTIMA FRASE AJAJAJAJ AII NOEL NOEL, ES LA PEOR DE LA DOS, SE DIERON CUENTA NO? JAJAJ bueni sigo con el maraton :P

1 comentario:

Gracias por tu comentario :) ♥