Miley decidió fingir que Nicholas era su tío. Aquella era la única manera que se le
ocurría de sobrevivir a la proximidad del hombre más sensual que había conocido
en su vida. Todas las noches hablaban de Molly, de cómo había pasado el día, y
de cómo lo había pasado él. Sería muy fácil dejarse llevar por la atracción
que sentía.
Desde
que se había convertido en su tío imaginario, Miley decidió compartir con él la
batalla que estaba llevando a cabo para liberar a la diosa que había en su
interior. Hablando con él de medias y ligueros conseguiría acabar con todo el
misterio, y así ella sería capaz de mantener la cabeza en su sitio.
-Molly
se va a echar a andar cualquier día de estos -le comentó a Nicholas mientras se
servía una soda y se reunía con él en el sofá del estudio para
su charla nocturna-. Le encanta que le sujete las manos por encima de la
cabeza y que le ayude a dar pasitos.
-No me
gustaría perdérmelo -aseguró Nicholas mientras se aflojaba el nudo de la
corbata y le daba un sorbo a su vaso de vino tinto-. Prométeme que me avisarás
en cuanto dé su primer paso.
-¿Y si
estás reunido?
-Pues
interrumpes la reunión.
-A la
orden -bromeó Miley llevándose la mano a la cabeza para hacerle el saludo
militar.
-Así me
gusta, que estés de acuerdo conmigo. Es toda una novedad -aseguró Nicholas con
una sonrisa sensual.
-No te
acostumbres -contestó ella-. Las diosas solo están de acuerdo con lo que les
conviene.
-Ya
estamos otra vez con eso... -se lamentó Nicholas sacudiendo la cabeza.
-Claro,
para ti es muy fácil burlarte -protestó ella con un mohín-. Estoy convencida de
que tú nunca has tenido ningún problema para atraer a las mujeres.
-Seguramente
no, pero me temo que no soy capaz de atraer a las mujeres adecuadas. Un claro
ejemplo es la madre de Molly. Siempre estaba al acecho de un cheque con más
cifras. De hecho, la única razón por la que no volvió conmigo cuando se enteró
de que estaba embarazada fue porque encontró a un hombre con una cuenta
corriente con más ceros que la mía y le dijo que Molly era hija suya.
La
amargura de su voz era tan palpable que Miley podía sentirla en el ambiente.
-¿La
sigues queriendo? -le preguntó.
-Por
supuesto que no -respondió Nicholas al instante con gesto asombrado-. Dejé de
quererla el día que rompí con ella.
-Entonces,
¿por qué permites que siga controlando tu vida? Lo que quiero decir es que
estás tan decidido a no tener una relación seria con ninguna mujer que tal vez
pierdas la oportunidad de experimentar el verdadero amor.
-Tendré
en cuenta tu consejo -respondió él tras guardar silencio unos instantes-. ¿Y
qué me dices de ti? ¿Cómo va tu proceso de convertirte en diosa?
-Lo
último que he leído es que venden un lápiz de labios que dura ocho horas. Está
pensado para que aguante una maratón de sexo -respondió Miley sintiéndose algo
estúpida.
-¿Ya te
lo has comprado? -preguntó Nicholas mirándola con intención mientras le daba un
sorbo a su vaso de vino.
Miley sintió que se le encendían las mejillas, pero asintió con la cabeza.
-¿Ya
has encontrado a alguien con quien quieras probarlo?
-Todavía
no -aseguró ella levantando la barbilla-. Pero estaré preparada para cuando
aparezca.
Nicholas
estaba en medio de una reunión con los directores de la empresa cuando dos días
más tarde su asistente entró silenciosamente en el despacho y le pasó una
nota.
Tu hija está andando por todos lados.
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HOLA CHICAS ACA SIGO CON EL MARATON DE ESTA NOVE :D DEDICADO A MI HERMANITA SARII ♥
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