Exactamente
una semana después, con su hermano Trace del brazo, Miley recorrió el pasillo de
la preciosa capilla de la catedral de San Christopher. Aquella capillita proporcionaba
la atmósfera perfecta de intimidad para aquella boda tan precipitada.
Entre
la ayuda de la madre y las hermanas de Nicholas, Miley apenas había tenido que
mover un dedo. Ellas se habían mostrado dispuestas a hacerse cargo de todos los
detalles con tal diligencia que a Miley la habían conmovido hasta las lágrimas.
Toda la familia de Nicholas la había acogido de inmediato, dejándole claro que
no sólo le pertenecía a él, sino también a los Barone.
Miley había encontrado el vestido que quería en el taller de un diseñador local, y el
dueño se había mostrado más que satisfecho por tener que hacer las
modificaciones necesarias para la novia de uno de los Barone. La antigua
compañera de piso de Miley, Demi Hart, había accedido encantada a ser una de
sus damas de honor, junto con Gina y Colleen. Rita y Maria se ofrecieron para
cuidar de la niña durante la ceremonia.
Miley miró a Nicholas y sintió que el corazón le daba un vuelco. Su hermano la
tomó de la mano y la unió con la de su novio.
-Cuida
de ella y ella cuidará de ti -dijo.
-Lo
haré -respondió Nicholas mirándola fijamente.
Solo
tenía ojos para ella. Luego repitieron sus votos ante el padre, y Miley sintió
que las promesas de Nicholas retumbaban en el interior de sus huesos.
Fue una
ceremonia breve y emotiva, y antes de que Miley pudiera darse cuenta tenía un
anillo en el dedo y el padre los estaba declarando marido y mujer.
Nicholas
le levantó el velo.
-Ha
pasado demasiado rápido -susurró ella-. Yo quería retenerlo todo para recordar
cada segundo.
-No será
necesario —le dijo él—. Yo te recordaré todos los días que te amo, Miley. Todos
los días -aseguró sellando su promesa con un beso.
Ella
comenzó a llorar de alegría. Por fin había conseguido hacerse un hueco en el
corazón de aquel hombre.
Después
de abrazar a toda la familia de Nicholas y hacerse decenas de fotos, todo el
grupo se dirigió a un exclusivo club del centro para la celebración.
Nicholas
la llevó hasta la pista de baile para iniciar el vals. Aquella melodía tan
romántica y el amor que vio reflejado en su mirada se quedarían inscritos para
siempre en la memoria de Miley.
-Parece
que todo el mundo se está divirtiendo -comentó Nicholas cuando se cansaron de
bailar y se retiraron un instante hacia un rincón.
-Desde
luego, tu madre sabe cómo organizar un boda -aseguró Miley, todavía impresionada
por la habilidad de Denisse Barone para coordinar un evento semejante con tan
poco tiempo.
-Ella
dice que lo lleva planeando desde que cumplí veintiún años -dijo Nicholas con
expresión burlona.
Miley soltó una carcajada mientras observaba a Paul y a Denisse bailar. Luego divisó a
Colleen con un hombre alto de pelo oscuro.
-¿Quién
es ese que está con Colleen? ¿Es otro Barone?
Nicholas
entornó los ojos para mirar mejor y negó con la cabeza.
-No es
de la familia. Que me parta un rayo si no es Gavin O'Sullivan -dijo con una
mezcla de sorpresa y alegría en la voz-. Creo que no te lo he presentado
todavía. Es un buen amigo mío del colegio. Ha recorrido un largo camino. Cuando
yo lo conocí, era un niño que vivía con familias de acogida, y ahora es
propietario de una cadena hotelera. Multimillonario.
-Vaya,
nunca había visto a Colleen así. Está tan resplandeciente que parece un árbol
de Navidad.
-Esto
es interesante... Creo que ellos dos tuvieron algo que ver en el instituto,
pero mi madre no lo aprobaba porque... Vaya, mira quién viene por aquí -se
interrumpió Nicholas.
Gina,
vestida con un traje de seda, hizo su aparición con Molly en la cadera.
-La
gente quiere saber cuándo van a cortar la tarta. Si no lo hacen pronto, creo
que la niña va a tomar la iniciativa. No puede apartar la vista de ella.
-Pá-pá-pá
-balbuceó Molly antes de girarse hacia Miley.
-¿Quieres
probar la tarta? -preguntó ella tomando a la niña en brazos y besándola dulcemente
en la mejilla-. Ya verás, te vas poner perdida.
Animados
por los gritos de júbilo de los invitados, Miley y Nicholas partieron dos
trozos de aquella preciosa tarta de tres pisos y se la dieron a probar el uno
al otro. Después, e instintivamente, ella lo abrazó y un grupo de invitados comenzó
a silbar para animarlos a seguir. Miley aguantó la broma y en cuanto pudo se
escapó hacia el cuarto de baño.
-¿Lo estás pasando bien? —le preguntó a su hermano al cruzárselo en el
camino.
-Es una
fiesta estupenda -respondió Trace abrazándola-. Me alegro de verte tan contenta.
Tú siempre quisiste tener una gran familia.
-Nunca
he sido tan feliz -confesó ella-. Pero no es momento de emocionarse. Dime, ¿han
podido venir los amigos que habías invitado?
-Sí,
Steven Conti no dudó en acudir en cuanto le dije que tu antigua compañera de
piso, Demi Hart, iba a estar aquí. Lleva tiempo queriéndole echar el lazo.
Mencionó algo sobre que en su familia no eran muy partidarios de los Barone,
pero no quiso decirme nada cuando le pregunté la razón.
-No puedo
imaginarme por qué podrían caerle mal los Barone a alguien -aseguró Miley-.
Steven era compañero tuyo en la universidad, ¿verdad?
-Es uno
de los pocos que se hizo millonario con Internet y ha conseguido mantenerse en
la cima mientras los demás se estrellaban -dijo Trace asintiendo con la cabeza-.
Bueno, voy a ver si me como un trozo de esa deliciosa tarta. Ahora te veo.
Miley continuó su camino hacia el cuarto de baño. Después de seguir por un largo
pasillo y girar dos veces a la derecha, acabó encontrándolo por fin. Colleen
Barone estaba allí, llevándose una toalla fresca al rostro.
-¿Estás
bien? -le preguntó Miley, preocupada al observar sus mejillas coloradas.
-Perfectamente
-aseguró Colleen tragando saliva-. Es que he visto a alguien que no esperaba
encontrarme.
-Gavin
O'Sullivan -dijo Miley ante el asombro de su cuñada-. los he visto juntos.
Nicholas me ha dicho que tú y él...
-De eso
hace mucho tiempo -la interrumpió Colleen llevándose la mano a la garganta-. No
esperaba volver a verlo y sentir esta... Bueno, ya es suficiente -aseguró
aspirando con fuerza el aire-. Eres una novia preciosa, y Nicholas está
absolutamente feliz. Me alegro mucho por los dos.
Y tras
darle un abrazo, Colleen salió del cuarto de baño. Miley se refrescó un poco y
luego se dirigió de nuevo al largo pasillo, pero no escuchó los sonidos de la
fiesta. Al parecer, se había equivocado de dirección. Oyó entonces voces en
una sala y decidió preguntar. Abrió la puerta y se encontró a Maria en brazos
de un hombre alto.
-No he sido capaz de mirar a nadie que no fueras tú -le estaba diciendo
él, embelesado.
Miley parpadeó varias veces. Aquel hombre le resultaba conocido. Se quedó allí
durante un instante, tratando de hacer memoria. ¿Quién era? Entonces cayó en
la cuenta. Steven Conti. Pero su hermano acababa de decirle que estaba interesado
en Demi...
Miley sintió una oleada de instinto protector hacia Maria. Se mordió el labio
inferior, sin saber qué hacer. Ellos estaban tan concentrados el uno en el otro
que no se habían percatado de su presencia. Steven parecía totalmente
extasiado ante Maria, y viceversa.
El
corazón de Miley se encogió al contemplarlos. Ella conocía muy bien los
sentimientos que se escondían bajo las chispas que saltaban entre ambos.
Nicholas y ella compartían la misma electricidad y el mismo amor. Steven
inclinó la cabeza y besó a Maria apasionadamente. Miley desvió la mirada, y,
sintiéndose como una intrusa, dio un paso atrás muy despacio y se marchó.
Distraída
por lo que acababa de ver, se perdió varias veces antes de encontrar el camino
de regreso a la fiesta. Nicholas la recibió en la puerta en cuanto entró.
-Te he
buscado por todas partes -dijo con una sonrisa-. Ya va siendo hora
de que tú y yo nos marchemos.
Horas más tarde, Miley estaba desnuda entre los brazos de su marido en la lujosa suite en la que iban a pasar la luna de miel. Ella exhaló un suspiro de placer, satisfecha de que ya hubiera terminado todo el jaleo.
-Todavía no me has dicho por qué no querías esperar a que pasara el día
de San Valentín para casarnos.
-Yo no
creo en la maldición de los Conti, pero...
-¿Conti?
-lo interrumpió Miley, sorprendida-. ¿La maldición de los Conti?
-Los
Conti eran los padrinos de mi abuelo, y esperaban que él se casara con su hija,
Lucia, pero él se fugó con Angélica. Te lo había contado, ¿no te acuerdas?
-Sí,
pero no mencionaste el apellido Conti —aseguró ella girándose para mirarlo a la
cara.
No se
cansaba nunca de mirar a aquel hombre, ni de escuchar su voz.
-Y por
si eso fuera poco, el hijo de los Conti, Vincent, tenía esperanzas de casarse
con Angélica.
-Así
que los Conti no estaban muy contentos con los Barone -aseguró ella
parpadeando.
-Es una
manera muy suave de decirlo. Ya te conté que Lucia lanzó una maldición sobre
los Barone.
Miley digirió aquella información y no pudo evitar recordar el beso
apasionado que se habían dado Steven Conti y María Barone. Dudó si contárselo
a Nicholas, pero no quería causarle una preocupación innecesaria.
-Basta
ya de hablar de los Conti -susurró él colocándola sobre su cuerpo desnudo-.
Todavía no hemos terminado con la lista.
-Yo
tengo uno de los puntos en mente -dijo Miley deleitándose en el placer se sentir
su erección sobre su propio cuerpo-. Incluye helado de Baronessa, mi boca y
tú...
Nicholas
entró en ella, dejándola momentáneamente sin respiración.
-Mía
moglie, il mió cuore -susurró él-. Mi esposa, mi corazón...
-Yo he
estado practicando -musitó Miley dejándose llevar por la conexión de sus
cuerpos-. t'amero per sempre.
Los
ojos de Nicholas se encendieron de pasión, y ella sintió el cordón de
terciopelo invisible de su amor estrechándolos.
-Yo
también te amaré siempre -dijo.
Y Miley se sintió bendecida, porque supo que ella y Nicholas habían encontrado un amor
para toda la vida.
ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO ESTA NOVE :) FUE UN PLACER COMPARTIRLA CON USTEDES, LAS QUIERO, BESITOS ♥ DEDICADO A SARII, HERMANITA TE QUIERO MUCHOOO !
FIN
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